Las hay de todas alturas y formas, cascadas altísimas como la de Maíz Blanco, así como otras pequeñitas, que ni nombre tienen. Ocultas en medio del follaje, o descendiendo de la montaña, existen cascadas que caen finamente convirtiéndose en nubes, y otras que revientan estruendosas en medio de la jungla; su fluir es como un fuego líquido que nos rocía de humedad y roba nuestra mirada de forma hipnótica. Te contamos sobre algunas de las cascadas que podrás encontrar en tu próxima expedición a Chiapas.
Cascadas Las Nubes
En los límites de la Selva Lacandona y de la Reserva de la Biosfera de Montes Azules, se esconden estás cascadas, su nombre se debe a la brisa que levantan las numerosas caídas de agua formadas por el río Santo Domingo.
Tienes que tomarte unos minutos para contemplar el espectáculo, el mejor lugar para hacerlo es un pintoresco puente colgante que cruza por arriba del profundo cañón. Si caminas entre la selva, puedes ascender hasta un mirador, desde donde se puede ver el río adentrarse en la Reserva de los Montes Azules.
Cascadas Misol-Ha
Es a 20 kilómetros de Palenque donde esta hermosa caída de agua se levanta hasta alcanzar aproximadamente 30 metros de altura, formando una amplia poza en su descenso en la que es posible bañarse. Cuenta con una gruta a la que se llega por un andador que pasa por detrás de la gran cortina de agua.
En el interior de la gruta hay un nacimiento de agua que crea un riachuelo que cae hacia la poza principal. Rodeada de selva tropical alta que caracteriza a la sierra chiapaneca este paisaje es ideal para tomarse unas fotos increíbles.
Cascada el Aguacero
Para encontrarse de frente con las Cascadas del Aguacero hay que descender 800 escalones, caminar entre rocas y troncos por senderos hasta llegar a esta espectacular caída de agua. Cuenta con varias secciones y para alcanzar la última es imposible no empaparse, pues se pasa por debajo de otras de menor tamaño.
El paisaje es espectacular porque el agua desciende por varias repisas de rocas cubiertas de musgo y vegetación, además la vista se enriquece por la vista de los muros rocosos del Cañón de la Venta.
Casadal El Chorreadero
Con 25 metros de altura, al caer esta cascada crea una serie de piscinas naturales que son enmarcadas por los cerros y piedras de gran tamaño. Marca el final de un río subterráneo, el cual se puede recorrer en una emocionante excursión con casco, lámpara y chaleco salvavidas, pues el paseo consiste en saltar cascadas, rapelear y nadar por el río, observando espectaculares formaciones.
Cascada El Chiflón
El Centro Ecoturístico El Chiflón no cuenta con una cascada, sino con 5, los saltos de agua se forman aquí por las corrientes del río San Vicente, dando vida a “El Suspiro”, “Ala de Ángel”, “Arco Iris”, “Quinceañera” y la principal “Velo de Novia” de 120 metros de altura. Por la formación del lugar, también se forman albercas naturales de aguas de un turquesa intenso. El complejo de cascadas y albercas naturales se disfrutan en un sendero de 1,268 metros de longitud. Estas hermosas caídas de agua están rodeadas de plantaciones de caña de azúcar y bosque tropical.
Cascada El Chorro
Totolapa es un pueblo de origen prehispánico, que además de atesorar las ruinas prehispánicas de "San Dionisio", tiene a solo 5 minutos de la entrada al poblado por un camino de terracería, la caída de agua conocida como "El Chorro". Aquí la caída de agua no es tan alta, pero su particular belleza así como los paisajes del entorno lo hacen único.