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Copoya, entre murales de colores.

Jueves 23 septiembre 2021

Se dice que, al sur de Tuxtla Gutiérrez, la luna brilla para alumbrar a la cuna de la cultura zoque, Copoya. Su nombre significa “lugar de luna llena” y en cada una de sus calles muestra la energía de las fiestas y costumbres que aún se conservan, pues desde tiempos prehispánicos sus habitantes son danzantes y expertos fabricantes de instrumentos musicales. Actualmente Copoya es conocida por El Glorioso Cristo de Chiapas, en lo alto del cerro de Mactumactzá, así como por su rica cocina zoque; pero hoy queremos hablarte de sus coloridas calles y el significado de algunos de sus murales.

 

 

 

La transformación de Copoya, a cómo la conocemos hoy, comenzó en el 2017. Dani Castillo, Julio Antonio, Edgar Megchún, Elizabeth Bess, Orqui, Ledda, Fredone Fone, Seba Bastardo, Tlacuilo, Uriel Ramos y Tomas Major son algunos nombres de los 21 artistas que participaron, junto a 40 voluntarios, para pintar los 29 murales, cubriendo de color un total de 1,351 metros cuadrados.

 

 

 

Los artistas, para inspirarse, hablaron con cada una de las familias de las viviendas donde se realizaron los murales, haciendo florecer historias, tradición, cultura y recuerdos impregnados de orgullo, mismo que luego se plasmaron en sus fachadas.  

 

 

 

El mural que ves arriba de este párrafo se llama “Suñimatza” y fue creado por Jade Midori, en la casa en la que intervinó son apasionados por conservar las tradiciones zoques. La figura central del mural, representa al sol y la luna acompañados de elementos celestiales como nubes y rayos. Posee, además, tres franjas que simbolizan los tres momentos de recolección de café, regidos por tres ciclos lunares. El mural contiene también detalles azules que simbolizan el agua y el firmamento. Así como la presencia de conejos, relacionados con el significado de Tuxtla.

 

 

 

Este mural fue titulado “Crecimiento y ofrenda”, en él Daniel Castillo expresó lo que le transmitió la familia dueña de la casa conformada por cinco miembros: padre, madre y tres hijos. El mural está compuesto por tres elementos. El primero son las flores de mayo, las cuales son regionales de Copoya. El segundo, son tres auras que representan a las tres vírgenes, muy representativas de la comunidad. Y el tercero son tres manos, las dos del lado izquierdo, representan al esposo, la restante es la mano de su esposa, que en conjunto simbolizan a su familia.

 

 

 

El artista Luca Ledda nombró a esta “Las hojas del porvenir”, pues a la familia con la que el artista trabajó le encantan las plantas. Su casa, tiene un jardín en el que se destacan unas plantas llamadas Anturios, las cuales tienen unas hojas enormes que crecen por todos lados.

 

 

 

Esta obra llamada “El torito”, fue creada por Julio Antonio y es una representación de la danza del torito, un baile tradicional de Copoya. Los personajes son los protagonistas de la danza, vestidos con la ropa tradicional, montados en un toro.

 

 

 

Este mural se titula “Chico parachico”, fue creado por Seba Bastardo y tomó inspiración de uno de los hijos del hogar con que el artista trabajó, él participa tocando el tambor en la danza del torito en las fiestas. La obra hace homenaje a la danza, representando a un parachico bailando al ritmo del tambor.

 

 

 

Al visitar Copoya, además de ver estos hermosos murales llenos de historia, te llevarás a casa el aroma del café, el colorido de las plumas del quetzal, el misticismo de los bosques y el carisma que caracteriza a su gente.

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