08 de Junio
.
Es ocasión de la danza del Calalá. Esta danza, documentada desde el periodo colonial, proviene de la época prehispánica y representa a Quetzalcóatl, quien lleva, ya sea sobre sus hombros, espalda o cintura, una cabeza de serpiente emplumada, y en la mano un machete para combatir a los jaguares, es decir una lucha entre el cielo y el inframundo.
Participan jóvenes y niños, que van vestidos con la ropa tradicional de los tsotsiles de Chiapas, aunque el municipio está entre ser zoque y chiapaneca. Algunos llevan iguanas vivas en la cabeza o las llevan en los brazos.
En la danza participan el gigante, el gigantillo, el venado, los tigres, y los chamulas. Cada uno tiene una indumentaria muy propia.
Dentro de la danza el Calalá –venado- baila. Los chamulas corretean al gigante –la serpiente emplumada- y el gigantillo. Los tigres se limitan a observar, pero a veces los chamulas también buscan hacerles daño y ellos tienen que huir. La representación es muy colorida y se repite en cada procesión, se puede ver una y otra vez todo el día.
El resultado de la danza que se ve en estos tiempos, así como toda la festividad es el resultado de una mezcla de tiempos y culturas. La música para esta danza se interpreta con “tambor y pito” y ha sido explicada como parte de un añejo ritual que invoca a los dioses de la lluvia. Esta celebración y en particular la danza, tiene que ver, por supuesto, con una herencia prehispánica, con el colonialismo y con tradiciones más recientes.
En la época prehispánica la danza se ejecutaba para vencer el mal y pedir una buena temporada de cosecha, luego con la colonización se adecuó la festividad a la celebración del Corpus Christi y ahora el Calalá también se relaciona con una historia más reciente.