Chiapas es un collage de destinos que se despliegan y ofrecen opciones para los gustos de cada viajero, de tal forma que quienes nos visitan puedan coleccionar recuerdos de las experiencias que más les llamaron la atención. En está ocasión en particular, queremos hablarte sobre tres interesantes proyectos, en los cuales el cuidado del entorno, así como procurar la práctica de un turismo de bajo impacto, son el alma y motor que ha llevado a comunidades de pueblos originarios a organizarse para ofrecer estos servicios. Te invitamos a acercarte a un tipo de turismo que te hace viajar en más de un sentido, de forma diferente y que te abre la opción de enamorarte de una forma mucho más profunda del alma de Chiapas.
La Encrucijada, La Palma
Son más de 14 mil hectáreas protegidas las que conforman la Reserva de la Biosfera de La Encrucijada, también conocida como “la otra selva de Chiapas”, pues aquí el mangle brota con generosidad y alcanza dimensiones impresionantes.
Tendrás que adentrarte en estos imponentes manglares para encontrarte con la Red Ecoturística La Encrucijada, un grupo conformado por seis empresas comunitarias organizadas para brindar experiencias de turismo y ayudar a incrementar la conciencia sobre la importancia del manglar, a través de mostrar su belleza a quienes los visitan.
Entre las actividades que puedes encontrar se encuentra un tour en bote por el manglar para acercarte a la naturaleza, así como el disfrutar de exquisitos mariscos en la palapa del Ballenato, a mitad del estero, así como el hospedarte en cabañas ecológicas construidas por los pescadores.
Tres Lagunas
La Selva Lacandona ha sido durante generaciones el territorio ancestral del pueblo maya, y por ello protegerlo es la misión principal de sus pobladores. Este centro ecoturístico está ubicado en la sub-comunidad de Lacanjá Chansayab, a un costado de la Reserva de la Biosfera Montes Azules.
Pablo Chankín Najbor es un lacandón que reforestó la fracción de jungla de su familia para dar vida así al Centro Ecoturístico Tres Lagunas, una apuesta para conservar a través de la educación y la oferta de actividades turísticas.
Entre las actividades puedes hacer senderismo para observar aves y flora, además de poder rentar un cayuco para navegar por los ojos de agua que dan nombre al sitio o participar en un recorrido nocturno para ver cocodrilos. También se puede rentar cabañas para pasar la noche.
Será inspirador el poder acercarte a la familia Chankín, quienes se han comprometido con salvaguardar el legado natural de sus antepasados.
El Madresal
Con la convicción de establecer un espacio turístico de gran nivel, que a su vez perpetúe los esfuerzos de conservación del entorno y a la economía de los ejidatarios, es que fue fundada la empresa ecoturística El Madresal, certificada con el distintivo M que otorga la Secretaría de Turismo por sus servicios de calidad.
Ubicadas justo entre el manglar y la playa, las cabañas de El Madresal sólo operan con electricidad por unas horas, por lo que la sugerencia para pasar la noche es tratar de contar las estrellas que se proyectan en el firmamento por encima del mar.
Los integrantes de este colectivo son primordialmente pescadores de la comunidad de Ponte Duro, municipio de Tonalá. Por supuesto, el contacto con el generoso árbol de mangle es obligatorio, pues de su existencia dependen miles de seres, incluidos los propios pescadores. Entre las opciones de actividades aquí podrás avistar cocodrilos, tortugas, aves marinas y de humedal así como comer delicias locales.