En medio de la selva, Palenque se desarrolló como una de las ciudades más notables del periodo Clásico maya, sede de una poderosa dinastía que dominó las montañas del norte de Chiapas y las llanuras de Tabasco, territorio que ahora, algunos investigadores han considerado como el reino de Lakamhá. Reconocido por su innovador estilo artístico y por la alta calidad de sus obras arquitectónicas y escultóricas, el sitio alcanzó su esplendor entre los años 600 y 900 de nuestra era.
El recorrido en Palenque debe comenzar en el Museo de Sitio que muestra una colección integrada por objetos hallados durante diferentes temporadas de exploración, entre los que se cuentan los característicos cilindros de barro palencanos que servían de pedestales para incensarios, tableros tallados en piedra, estuco y glifos. Frente al museo parte un sendero que sube a la montaña y atraviesa un paisaje selvático adornado por el arroyo Otolum y sus cascadas. Grupos de edificaciones como Los Murciélagos, se asientan sobre este camino que desemboca en la Gran Plaza. Ahí se encuentran el juego de pelota, el grupo del norte y el Templo del Conde. Este último, construido durante el gobierno de Pakal, es un edificio constituido por cinco cuerpos escalonados y un templo en la parte superior.
El recorrido en Palenque debe comenzar en el Museo de Sitio que muestra una colección integrada por objetos hallados durante diferentes temporadas de exploración, entre los que se cuentan los característicos cilindros de barro palencanos que servían de pedestales para incensarios, tableros tallados en piedra, estuco y glifos. Frente al museo parte un sendero que sube a la montaña y atraviesa un paisaje selvático adornado por el arroyo Otolum y sus cascadas. Grupos de edificaciones como Los Murciélagos, se asientan sobre este camino que desemboca en la Gran Plaza. Ahí se encuentran el juego de pelota, el grupo del norte y el Templo del Conde. Este último, construido durante el gobierno de Pakal, es un edificio constituido por cinco cuerpos escalonados y un templo en la parte superior.
La majestuosidad del Templo de las Inscripciones domina la Gran Plaza. Este edificio recibe su nombre a causa de los tableros glíficos tallados en caliza que se hallan en su interior.
Se trata de un auténtico mausoleo mandado a levantar por Pakal para que le sirviera de tumba. A su famosa cripta se accede por una escalera escondida hasta 1952, año en que la tumba fue descubierta por Ruz Lhuiller.
La cámara funeraria presenta un monumental sarcófago cubierto con una lápida, ambos decorados con bajorrelieves al igual que los muros de la cripta. La escena de la lápida presenta a Pakal entre el Monstruo de la Tierra y la cruz que simboliza el árbol cósmico sobre el que se posa el pájaro celeste.
Junto al Templo de las Inscripciones se levanta una plataforma sobre la cual se erigieron los edificios XII y XIII; este último es llamado también el Templo de la Reina Roja, a partir del hallazgo reciente de una tumba con los restos de una mujer cubiertos de cinabrio y acompañados de ofrendas.
El arroyo Otolum, cubierto en parte por la construcción denominada El Acueducto, separa a la plaza central del Conjunto de la Cruz, cuya construcción ha sido atribuida a Chan-Bahlum, formado por los templos del Sol, de la Cruz, de la Cruz Foliada y XIV. El Templo de la Cruz se asienta sobre un imponente basamento escalonado. No conserva su fachada, pero sí su crestería. El Templo XIV muestra en su interior tableros con personajes e inscripciones.
El Templo del Sol es el mejor conservado ya que mantiene su crestería y gran parte de su impresionante decoración estucada. En su interior hay un tablero, cuyo motivo central es un mascarón solar.
El Templo de la Cruz Foliada perdió también su fachada, pero conserva el santuario interior, donde se aprecia el tablero con el motivo de la cruz foliada representando a la planta de maíz como eje del mundo en el simbolismo de la naturaleza cultivada. En los templos palencanos es característica la presencia de santuarios a la manera de pequeños templos interiores.
A orillas del Otolum, dentro de la selva se localizan los restos del Templo del Bello Relieve. Selva adentro también se encuentran los templos XIX y XX.
Resumen de la calidad estética alcanzada por los artistas palencanos, en conjunción con la exuberancia del paisaje son los incensarios, muchos de los cuales han sido hallados en el área de Las Cruces. Estos objetos tuvieron una gran importancia en los rituales pues a través de ellos se ofrecía la sangre del sacrificio que era quemada junto con el copal. Eran el vehículo de comunicación entre los gobernantes y las deidades del cielo y el inframundo.
Desde Tuxtla Gutiérrez, tomar la carretera Federal de cuota No. 190 con dirección a San Cristóbal de Las Casas hasta el entronque de Rancho Nuevo, para desde este punto tomar la carretera Federal libre No. 199 pasando por Ocosingo; hasta llegar a la ciudad de Palenque con un recorrido total de 259 km. Desde este punto tomar una desviación (carretera a las ruinas) de 7 km. que conduce a la zona arqueológica del mismo nombre.
Lunes a Domingo de 08:00 a 17:00 horas.
$80.00 por persona y $37.00 para CONANP
Cuenta con museo de sitio
Unidad de Servicios con tiendas INAH
Tienda Marca Chiapas
Biblioteca
Auditorio
Talleres Infantiles
Visitas guiadas a grupos escolares
Sanitarios en la Unidad de Servicios
Sanitarios en taquilla y al interior del sitio
- Recorrido en Museo de Sitio.
El INAH recomienda no salir de los senderos, respetar las áreas no abiertas al público y letreros informativos y restrictivos, y visitar el sitio con calzado cómodo, de preferencia tenis.