Dada la importancia de las ruinas de Yaxchilán, así como por su riqueza biológica, esta parte de la Selva Lacandona fue decretada el 21 de agosto de 1992 como Monumento Natural. Su superficie es de 2,621 hectáreas. Alberga numerosas especies de animales como el jaguar, ocelote, tapir, mono araña, mono saraguato, guacamaya roja y águila arpía, esta última endémica de la región, así como los cocodrilos de río y de pantano.